El baño es una parte esencial en los cuidados que conlleva la higiene de un perro, y no debemos dejarlo de lado.
La frecuencia del baño depende de cada peludo, de la actividad diaria que realice y del tipo de pelo, pero aconsejamos bañarlo sólo cuando realmente lo necesite. Bañar a un perro más de la cuenta sin necesidad puede hacer que se pierdan las importantes propiedades protectoras naturales de su piel, causando sequedad, irritación y otros problemas.